Con mi última novela, esta que empiezo a lanzar ahora, son
ya cinco, los
libros que tengo
publicados
y creo que
con ellos
puedo hacer balance y sacar unas breves pinceladas, de esta aventura,
que es la de escribir. Cada vez que me comunico contigo, que me lees,
ahora mismo, en este instante, con estas letras como tantas veces
digo, vacío mi interior, vacío la mochila que se carga del día a
día. Cuando escribo, cuando cada personaje toma vida, desde luego en
él, en ella, van inmersos cantidad de detalles, anécdotas,
desesperanzas y momentos de nuestro mundo.
El día a día de un autor, incluso
en la ficción, deja de ser un número como tan acostumbrados estamos
a ser en nuestra sociedad, meros números desde que nacemos; para
llenarse de vida y desbordar de letras, de páginas, de secuencias,
lo que sacan sus dedos, a través de las teclas del ordenador o de la
pluma en el papel.
Los ratos en los que me siento al
teclado con el ordenador como escritora, son ratos de paz, de
tranquilidad, en los que mi mente es embaucada por la musa de la
escritura. Las ideas me atrapan y los personajes empiezan a cobrar
vida. Tal es así, que cuando empiezo a escribir, parece que me
dieran cuerda, no puedo parar. Y cuando termino un libro y lo dejo
reposar un tiempo, he de volver a leerlo de nuevo, porque no recuerdo
lo que he escrito, me parece que no lo hubiera escrito yo.
Ahora después de 4 largos años
escribiendo, descubriendo esta aventura que nació, así casi sin
querer y porque mi buena amiga y escritora Ana, me lanzó a ello, por
estar como tantas veces digo, en el momento exacto, ese día… Doy
gracias por tanto como me ha ayudado la escritura y también te doy
las gracias a ti lector o lectora que me sigues, que me lees.
Intento transmitirte a través de
mis letras estas tan diferentes historias y aventuras. Mostrarte en
ellas, a nuestro mundo enfermo que llora, que justifica su locura y
su mal hacer las cosas, porque parece ir a la deriva, sin rumbo. Un
mundo cargado de tecnología, de avances y de nuevas realidades, pero
al que le falta lo más importante, los valores, la humanidad y que
está retrocediendo en algunos aspectos a pasos agigantados.
Mi mundo utópico, en el que yo
creo y que tantas veces imagino y recreo con mis personajes, es ese
mundo, en el que las personas dejan de ser números, para convertirse
en rostros conocidos; en el que la falta de valores humanos, se
convierten en una gran cesta de querer hacer las cosas, de cambiar,
de transformar, de ser diferentes,… pero empezando por cada uno.
Un mundo distinto, diverso, pero
real y aunque a veces ficticio, a través de esa ficción es desde la
cual, salen mis reflexiones más profundas; primero para mí, porque
me las hago en primera persona y después para ti que estás ahí y
sigues en esta gran aventura, que espero siga a mi lado y con la que
te pueda seguir acompañando… muchos libros más.
Ojalá la escritura siga siendo en
mi vida: “Ese gran don para compartir”.
©Olga Hernández González
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