De nuevo nos hacemos eco, de la masacre y la muerte de las personas. Cientos de personas han muerto injustamente en Francia y muchas más mueren cada día. Homicidios injustos que no dejan de estar cargados de amargura. ¿Qué mundo estamos creando? ¿Por qué las imágenes de los medios de comunicación nos hacen impasibles?
Este fin de semana, he sido casi incapaz de ver la televisión, sin que se me encogiera el corazón o escuchar la radio sin que me subiera un escalofrío. Parece que hay que buscar el morbo, la última foto o la última zapatilla que llevaba puesta una de las víctimas o el úlrimo deseo con el que esa persona expiraba ¿Pero a dónde estamos llegando? ¿Qué queremos, una sociedad de insensibles, que ya ni una foto nos impacta y mucho menos escucharlo o ver las imágenes? Yo recuerdo que antes, por lo menos se apostillaba que podían herir la sensibilidad del público; ahora ya no se dice nada... ¿Nos estaremos acostumbrando? Sinceramente, todo esto me produce mucha tristeza. Son muertes sinsentido que no llevan a ningún sitio, sino a hacernos más insensibles, a destrozar familias, parejas, amigos, en definitiva a machacar más a las personas. El otro día en una reunión escuchaba como nuestros jóvenes no quieren estudiar por miedo al futuro, al fracaso; que se sienten deprimidos y frustrados. Nuestros hijos se van acostumbrando a todo ésto y a mí me produce dolor... Pero también nosotros pasamos por momentos de desánimo y nuestros padres también los sufrieron. Somos hijos de un mundo que en algunas cosas parece que no avanza, sino que se estanca, pero que en otras, va a pasos agigantados. ¡No será ya, momento de vaciarlo de guerras, de desastres,...!. De valorar lo que existe y aprovecharlo. De repartirlo, de dar a cada uno lo necesario. Porque yo creo en la vida que mira con otros ojos y en un mundo que se puede cambiar, que brilla, que siente... Veo una naturaleza preciosa que nos presta su casa cada día, unos árboles, unas montañas y una bóveda estrellada... Para mí si es posible transformar la tristeza, y me parece que ya es tiempo, que podemos darle una oportunidad para que se transfigure, para que no nos hundamos más y resurjamos. Que nuestros jóvenes puedan ver un futuro cálido, que sepan caminar y seguir adelante y que algún día, ojalá, todas las personas tengan las mismas oportunidades.
Olga Hernández González
Olga Hernández González
No hay comentarios:
Publicar un comentario