Como estrella que en el mar se encuentra,
me siento centellear y brillar.
Entre rojos y verdes de mi ansiada añoranza,
veo mi casa, que entre piedras se levanta.
Te siento viva, llena de amor y luz consentida
que entre risas y llantos entre mis manos te estrechaba.
Te veo ya, cual haz luminoso que en tus brazos me abraza,
y a la luz de la luna y el ángel que el cielo engalana
con aromas a incienso y flores, con hortensias y rosas...
tan feliz y amorosa que a seguir me alienta
y aunque entre dificultades y sueños rotos
sigues levantandote fuerte y te sostienes.
Quiérote hoy más que ayer, pero menos que mañana
y ante tantas sombras, te veo brillar por fin
con tanta luz que yo en sueños anhelaba.
Te siento, te admiro, te veo, debajo del azul del cielo,
fuerte como roca y de piedra construida
y en la falda de nuestra montaña, allí estás ¡oh mi casa!.
Autora: Olga Hernández
Derechos reservados
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