
Cuando me decís los que lo estáis leyendo, que os está gustando, que os estáis identificando con los personajes, que estáis deseosos/as de conocerme o de que os lo firme... De verdad, miro para otro lado, parece que no puede ser a mí a la que le decís eso... Cuando me decís escritora, me siento... bufff, no sé cómo decirlo, como nerviosa, porque cómo pueden decirme a mí escritora, cuando lo único que he hecho es juntar palabras, puntos y comas y hacer frases que me llevan incluso a repetirme algunas veces, como cuando hablamos.
Todos estos gestos me hacen sentir una alegría inmensa, por saber que en esta gran playa del mundo, he puesto un pequeñísimo, un ínfimo granito de arena en él y que algunos lo habéis podido leer. ¡Jope qué suerte!
Y sólo puedo dar las gracias, porque yo como mujer a la que la vida le ha dado una nueva oportunidad, quiero seguir adelante y este libro es parte de ella, un regalo de mi chamán, de mi Dios. ¡¡¡Muchas gracias!!!
Así que... Te veo, si puedes en Barakaldo... Y si no puedes, no pasa nada...
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