La noche del sábado 23 de Junio, en Riva fue una noche mágica, como las de ahora, como las de antaño. Al callejo Santiago nos fuimos y allí la hoguera empezamos a preparar. Unos palos, uns ramas y algunos palés que en alguna casa había.
Un chocolate y una sangría con mucho cariño preparados y algunas otras cosas que habíamos comprado. Con mucha ilusión preparamos el festejo, los platos, las viandas, ¡ah! y que no se olviden las cerillas. A esos de las diez nos fuimos juntando. No seremos muchos pensábamos y a las diez y media la hoguera empezó a arder y a su alrededor nos fuimos colocando. Una pequeña falla parecía y con la rica sangría nos fuimos entonando. ¡Qué rico el choccolate, qué buenas las aceitunas!. Fuimos treinta o cuarenta, qué más da. Lo mejor fue la noche que pasamos y la grata compañía. Hubo alegría, cantos y bailes y saltos a la hoguera. Todos disfrutamos y cómo no, nuestros niños. Gente unida que recuerda tradiciones, algunos nos las conocímos entonces pero este año San Juan de nuevo, en Riva, hemos vuelto a celebrar. Vaya noche agradable donde las haya, el cielo cargado de estrellas y la luna allí pequeña, pero brillante en su cuarto creciente. Qué bien lo pasamos. El año que vien repetimos ¿no?
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